15 de julio de 2016

Retroceder Jamás: Macri, el neoliberalismo y los derechos conquistados. Entrevista a María Rachid

Entrevista a Maria Rachid, Secretaria General de la Federación Argentina LGBT (FALGBT)

Por Sofía Quiroga

A pesar de que hace tiempo Mauricio Macri habría dicho públicamente que consideraba que “la homosexualidad es una enfermedad”, durante su gestión en capital federal le interesó mucho la comunidad LGTB… en tanto pudiese producir dividendos. Porque como dice el dicho popular, “donde hay una necesidad, hay un negocio”, y su gestión de entonces supo capitalizar las agendas del colectivo ofreciendo en la ciudad una atractiva y costosa oferta de eventos y lugares llamados “gayfriendly”, promocionando a Buenos Aires a nivel mundial por su turismo gay.

En noviembre del año pasado llegó a la presidencia y tan solo siete meses después ya se han visto shockeantes ajustes económicos, retrocesos en el campo de los derechos humanos y represión. En este panorama, Maria Rachid nos comenta qué piensa sobre el nuevo escenario político neoliberal y el contexto cada vez más contradictorio entre las lógicas mercado y el paradigma de derechos democráticos.

¿Cuál es el análisis que hacés sobre el contexto actual?

Creo que en parte por errores propios, de nuestro espacio político [el kirchnerismo] y también producto de una fuerte embestida de los sectores más poderosos del país, hemos retrocedido muchísimo en los últimos meses. La mayoría de los/as argentinos y argentinas han elegido un gobierno que viene a defender los intereses de los grupos económicos concentrados, contra los intereses de los trabajadores y trabajadoras de nuestro país, instalando un modelo económico neoliberal que solo beneficia a unos pocos, para lo que necesita sacrificar los derechos de los sectores medios y populares.

¿Cómo pensás que esto repercute en las luchas LGTB?

El modelo liberal actual admite el Matrimonio Igualitario y el respeto por la Identidad de Género. Pero no entendiéndolos como derechos a ser defendidos por el Estado, sino como libertades individuales donde el Estado no debe meterse. Dos conceptos muy distintos pero que dan como resultado que ambas concepciones podrían admitir leyes como estas. Los derechos de nuestra comunidad que se van a ver vulnerados son los que tienen que ver con dos cuestiones generales. Una es la violencia institucional. Este modelo necesita mano dura y represión para poder instalar un sistema económico que genera desempleo, inflación, endeudamiento, hambre. Para poder reprimir las reacciones lógicas a esta realidad, hay que organizar fuerzas de seguridad que defiendan esos intereses, que repriman a quienes se manifiestan y que tengan márgenes de discrecionalidad que dan lugar a los abusos y la caja chica de la policía, cuyas principales víctimas son los grupos más vulnerados de la sociedad. Entre ellos, la comunidad LGBT.

La otra tiene que ver con los derechos que tocan intereses de los grupos económicos concentrados. Por ejemplo, las leyes de Identidad de Género y la Ley de Reproducción Humana Asistida incluyen prestaciones muy importantes en el Plan Médico Obligatorio. Esto ha recibido fuertes críticas por parte de las empresas que se ven obligadas por el Estado a proveer de estas prestaciones dentro del PMO (Programa Médico Obligatorio), y de funcionarios que creen que el Estado no debería cubrir estas prestaciones en la salud pública. En esto el modelo liberal prioriza los intereses de los grupos económicos y considera que el Estado debe achicarse y cubrir lo mínimo indispensable dejando lo demás dentro de los servicios a ser ofrecidos por el mercado, y dejando el acceso a estos derechos al arbitrio de las leyes del libre mercado… a los que muchos sectores no van a poder acceder. Y aquí me refiero a los sectores populares y también a los sectores medios. Antes de la ley de reproducción humana asistida, era muy difícil, aun para la clase media, acceder a los tratamientos de reproducción humana asistida, por ejemplo. Estas son las cuestiones donde la comunidad LGBT se va a ver particularmente afectada, además de las cuestiones generales relacionadas al desempleo y la precariedad laboral que siempre golpea más fuerte a los sectores vulnerados por la discriminación.

Luego de las conquistas como la Ley de Matrimonio Igualitario y de Identidad de Género ¿Qué ves como próximo desafío en lo legal?

Dentro de la agenda legislativa del colectivo LGBT, una de las materias pendientes es la nueva Ley Antidiscriminatoria. En este sentido, la FALGBT viene presentando propuestas en ambas Cámaras que plantean no sólo la incorporación de grupos que no están incluidos en la ley actual como la diversidad sexual, los adultos mayores, las personas con discapacidad, las personas privadas de libertad y liberadas, etc. Sino también propone medidas procesales concretas para generar una ley más eficiente en la lucha contra la discriminación. Entre ellas, la inversión de la carga de la prueba en materia civil, la presunción del daño moral y otras medidas y políticas públicas para prevenir y erradicar la discriminación.

¿Qué pensás del resurgimiento de grupos neonazis y los recientes ataques a nuestro colectivo?

Creo que este resurgimiento tiene que ver con los mensajes que hay en la sociedad hoy por parte de algunos de sus referentes y del mismo Estado. Si el día después de que un grupo de gendarmes reprime y tira contra una murga llena de niños, la Ministra de Seguridad se saca una foto con uno de ellos con el título de “Estamos con ustedes”, emite un mensaje claro de violencia e impunidad. Ese mensaje es tomado por un sector de la sociedad que lo replica con más violencia sintiéndose avalados por esa impunidad. En ese sentido los mensajes del Estado y algunos/as referentes, de violencia institucional, odio, revancha… generan más violencia, odio y revancha. Revancha de esos sectores minoritarios que no estaban de acuerdo con el matrimonio igualitario, la ley de identidad de género, la ley de femicidio, la asignación universal por hijo y tantos otros derechos. Esos sectores, los grupos neonazis, las fuerzas de seguridad, se sienten avalados hoy y actúan en ese sentido con muchísima violencia. Ante esto, hay que estar atentos/as, organizados/as y preparados/as para organizar un gran frente que nos permita estar unidos para impedir el atropello a los derechos que hemos conquistado en todos estos años, e incluso, si fuera posible, ir por todo lo que falta.

¿Qué pensás de los travesticidios y los feminicidios hoy?

Si bien ambos agravantes del homicidio se han visibilizado e incorporado al Código Penal simultáneamente, el tratamiento mediático y social es muy distinto, porque más allá de que el origen de dichos delitos reside en el mismo sistema machista y patriarcal, hay mayor invisibilidad de los crímenes de odio hacia las personas trans, tanto por la falta de cobertura mediática como por la falta de políticas públicas tendientes de contabilizar y visibilizar estos crímenes en particular. Esta invisibilidad y falta de políticas repercute en forma negativa en la comunidad de personas trans, no sólo porque esto refleja la exclusión sistemática, sino también porque no permite avanzar en la conquista de derechos. Es decir, si los casos no se visibilizan no hay estadísticas, a falta de estadísticas no hay políticas y a falta de políticas no hay ejercicio pleno de los derechos.

¿Existe alguna relación entre el neoliberalismo y los crímenes de odio?

Los crímenes de odio se han cometido históricamente en nuestro país. No hace muchos años que comenzaron a visibilizarse, debido a los avances en general y a la modificación del Código Penal en particular, pero es importante tener cuenta que los contextos neoliberales se caracterizan por la ausencia del estado, por la falta de reconocimiento de derechos y, lamentablemente, por la impunidad. El costo más alto de estas políticas lo pagan quienes menos tienen y los grupos vulnerados, especialmente las personas trans. Es posible que en el marco del actual se retroceda en derechos y en justicia, ya que no suelen ser contextos que se destacan por inclusión social o por promover memoria, verdad y justicia.

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