Ser pasiva me cambió la vida

Antología de placer anal y Orgullo Pasivo   CONTRATAPA La reivindicación del placer anal es, entre otras cosas, una deuda de la literatura irreverente tucumana para con Tucumán mismo. Tucumán es una provincia tan conservadora como rebelde, tan católica como irreverente, tan homolesbotransfóbica como degenerada, y tan medieval como vanguardista. La universidad pública como espacio de convergencia de jóvenes de todo el país, ha hecho de Tucumán, entre otras cosas, una maravillosa y resplandeciente cuna de maricas deseosas. ¿Qué lugar ocupa el placer anal tucumano en este vital desarrollo de la sexualidad de nuestra de cada día? ¿Por qué la sodomización pareciera ser patrimonio exclusivo del puto y, por tanto, un tema tabú en esta querida tierra de naranjos?¿Y quién inventó que la única forma de asumirse pasivo en la cama es mediante la vergüenza y la sumisión? De la literatura tucumana no ha florecido hasta ahora página alguna dispuesta a aventurarse en el universo del orgullo pasivo. ¿Acaso algún riesgo acecha al amague de echar luz a un tema tan inexplorado en las letras del más acá? ¿Acaso alguna cruz osaría desclavarse de su firme pared frente a la firmeza de un culo apasionado y con más historia que el libro más vendido? ¿Y en qué consiste ese big bang, esa transformación, ese portal a un mundo nuevo, ese antes y después de la primera penetración anal que se gestó primeramente como fantasía? Ser pasiva me cambió la vida es esa antología de lo que no se quiere hablar en la mesa de este tiempo. Pero es también la antología sobre eso que a tantas les gusta mantener silenciado en un clóset, y que nuestra literatura ha venido a abrir para la emoción de todxs.