En Sementerio por algún lado puede aparecerse una mujer fantasmal y ser, en realidad, una travesti heredera de su merecido. En otras páginas, alguien descubre la cura de un virus y, junto con esto, su propia capacidad de gestionar los celos. Como si no fuera poco, hay también una amplia gama de personajes puestos a prueba para diseñar, con esmero y creatividad, modelos de negocio que van de lo fúnebre a lo afortunado.
Patricio Dezalot hace su debut en la ficción para inventar un universo en el que la muerte, de a ratos, pareciera no existir. Paradojalmente, la escenografía de estos siete cuentos conectados entre sí, es un cementerio. A medida que el libro avanza y la fantasía crece, cobra peso la sensación de estar ante un planteo muy claro: algo nuevo tiene que nacer y transformar la vida en otra cosa.
Cada historia que compone Sementerio va al frente con una escritura colmada de canto, mucho gore y humor negro en sus tramas, y personajes felizmente tucumanos, llenos de amor y de magia.