Macumbias es muy nuevito. El grupo -de apenas cuatro meses- tocó en octubre con las tremendas Kumbia Queers y las Musicletas en el Centro Cultural Leticia. La mayoría de sus integrantes vienen de un proyecto anterior que nos ha encantado y que hace un año nos hacía bailar en La Degenerada Festival: La Re Tortisha. La Cumbia de Mujeres ha sentado pie en la provincia y han nacido junto a ella la Cumbia Tortishera y la Cumbia Feminista. Hablamos con Mariana Rodríguez Fuentes y Juli Torres, dos de sus integrantes, que nos cuentan cómo fue este proceso, cómo ven la música tucumana y qué les depara en su porvenir este 2017, que nos la viene prometiendo.
¿Cómo surgió el proyecto?
Mariana: Macumbias surge hace muy poco. Se desprende de un proyecto anterior: La Re Tortisha. Esa banda nació en noviembre de 2014 muy espontáneamente con la consigna de hacer “una banda de cumbia del recuerdo de mujeres”. Después fueron sumándose otras consignas, porque que éramos una mayoría de tortas en el grupo y decidimos modificar letras, armar temas propios con temáticas que nos identificaban. Siempre desde un humor medio irónico, medio sarcástico. De La Re Tortisha se fueron algunas compañeras, y junto a otras armamos Macumbias. La banda quedó así:
Emi (batería),
Juli (guitarra),
Pupi (voz)
Lis (güiro, otras voces y agite),
Pili (flauta),
Anita (bongó),
Lucía “Bicho” (congas),
y yo en el bajo.
La cumbia en general es un género muy popular, muy masivo… y como es lo popular y lo masivo, por lo general también es muy machista. La mujer música no es muy considerada dentro del ambiente de la cumbia. Son muy pocos los grupos que han incluido mujeres en su formación y por lo general ellas no tocan ningún instrumento ni componen la música, siempre son bailarinas o cantantes-bailarinas. Gilda o Karina, por ejemplo, tienen un poco de contenido que saca a la mujer del lugar de “pasiva”, de la mujer que espera que venga el novio y que la ame, y por ahí hasta tenés letras que reniegan de eso. Quizás eso sea “cumbia de mujeres”, pero no creo que sea una cumbia feminista.
¿Pensás que la “cumbia de mujeres”, la “cumbia feminista” o la “cumbia tortishera” son nuevos géneros musicales?
Mariana: No sé si existen, pero si es que existen son géneros musicales relativamente nuevos. La novedad es que cambian por completo la formación de la cumbia, porque hay mujeres tocando instrumentos y dando vuelta las canciones, además del contenido.
La cumbia villera, por ejemplo, es la que más ha usado a la mujer en su discurso como “algo”, siempre acusando: “muy puta”, “muy chora” y todos sus derivados. Hay misoginia en muchas letras de muchas bandas como Damas Gratis o los Pibes Chorros. Por lo general la cumbia villera no muestra respeto hacia la mujer, como sí puede ser la cumbia del recuerdo… pero acá también el tipo de respeto es machista. En este género tenés cantantes como Gary o el Conejito Alejandro que tienen mucho contenido más bien romántico, meloso, donde las mujeres son el amor perdido, el amor deseado… siempre son la propiedad de alguien.
La cumbia que hacen los grupos de mujeres por lo general, si bien musicalmente se mantiene la base de la cumbia, es decir, la idea de cómo se forman las canciones y su composición, las letras y la temática son otras. Va desde la denuncia hasta plantearte una canción desde la perspectiva de una lesbiana o de una mujer, y no solamente hablar desde el “desamor”. Igualmente, todavía las referencias de la cumbia de mujeres son pocas. Yo conozco a las Kumbia Queers y a otra banda que para mí es muy referente: Cumbia Club La Maribel. Ellas se dedican a hacer -al igual que Las Musicletas– covers de clásicos de la cumbia. Esas bandas son todas formaciones de mujeres pero que no intervienen mucho en el discurso -en las letras- o al menos no tanto como lo hacen, por ejemplo, las Kumbia Queers.
Otra banda podría ser Las Conchudas, queera una cumbia militante con letras que hablaban sobre el aborto y otras temáticas… las escuché en un Encuentro de Mujeres. Pero esta banda ha tenido dos semanas de éxito y no he vuelto a saber nada más de ellas.
Hace poco tocaron con las Kumbia Queers ¿Cómo fue esa experiencia?
Juli Torres: Mi primera fecha con Macumbias fue con las Kumbia Queers y la verdad que estuvo muy bien. Cantamos un tema de ellas, que tuvimos la suerte de hacerlo con Juana Chang, la vocalista de las Kumbia Queers, y fue muy divertido, gustó la banda, y hubo bastante gente.
Mariana: la experiencia de compartir la fecha con las Kumbia Queers fue GENIAL. Juana Chang quiso cantar una canción con nosotras, “Que no quede huellas”. Para mí fue como… el sueño. Porque LA referencia cuando armamos La Re Tortisha -y ahora con las Macumbias- fueron las Kumbia Queers. Es como “tocar con tu ídolo”, ponele. A la formación de las Kumbia Queers la vengo siguiendo desde antes de que sean banda, cuando Patricia y Pila (bajista y guitarrista) tenían She Devils ya las admiraba en ese momento, como siempre admiré a las mujeres que tocan en bandas, a las mujeres músicas. También a Ali Gua Gua, que es la mexicana que no pudo venir. Ella tenía una banda en México de “todas minitas” que se llamaba Las Ultrasónicas. Yo las vengo siguiendo hace mucho. Fue muy lindo, muy emocionante, una re-fiesta.
¿Cómo ven a la música tucumana?
Mariana: La provincia siempre tuvo para mí buenas producciones musicales, gente con mucho talento. Hay bandas de rock, de pop, de electrónica, que desde chica me han marcado un montón. Los Chicles, Pelops, la Insignia, Estación Experimental, Monoambiente, la Luchi Tagliapietra, Volstead, todas bandas tucumanas que me gustaron mucho y que hicieron y hacen de música calidad. La movida de Tucumán siempre ha sido muy interesante. Lo que habría que analizar sería qué pasa que siempre terminan migrando esos artistas, ¿no? La concentración de producción acá es rara, no llego a entenderla mucho. Las bandas no consiguen vivir de eso, y van a buscarlo en otros lugares, pero sin embargo el núcleo de creación siempre es acá.
¿Cómo ven la recepción de la Cumbia Tortishera en la provincia?
Mariana: Y bueno, con respecto a la recepción de la cumbia o de nuestra banda, nosotras tenemos un par de tocadas, no muchas anécdotas. Podríamos decir que tenemos un pequeño público que nos sigue, que sabe que hacemos música tortillera y que se re engancha con toda la movida. Pero por ejemplo nosotras nos dimos cuenta que cuando vamos a tocar en un ambiente que no es como la tocada con las Kumbia Queers, o como un festival LGTB, no comenzamos con canciones nuestras porque la impresión que nos dio es que la gente baila la cumbia que conoce. Si en esos lugares que no son de la “movida LGTB” arrancamos con una de lesbianas, la gente se queda escuchando y mirando en vez de bailando, entonces ya sabemos que ahí tenemos que arrancar con canciones que sepan todxs para ir metiendo de a poco nuestros temas y agarrar a la gente ya enfiestada. Yo creo que es muy bien recibida, pero como cualquier otro producto LGTB de acá primero tiene un tiempo de “impacto”, y después de aceptación (o no-aceptación).
¿Qué planes tienen para el próximo año?
Juli: Queremos presentar una lista con temas propios, estamos en plan de componer más y bueno… manejar mejor los horarios para poder ensayar lo más que se pueda. Creo que apuntamos a terminar el año (o comenzar el año) con un show propio de Macumbias donde toquemos con una lista de temas más extensa, seguir trabajando sonido y mejorando.
Mariana: Sí, nos tomamos la banda muy tranqui también, porque todas tenemos muchas actividades y nos cuesta mucho coordinar ensayos. Si bien nos divierte hacer covers, reformularlos (a los que podemos, claro, porque algunos salen como están), nos parece súper importante tener temas propios, meter nuestros temas y también nuestros discursos, pero eso requiere más tiempo. Queremos empezar el año que viene presentando un show nuevo, un poco más largo y más divertido también.