Por RYAN ROSCHKE
Publicado el 5 de septiembre de 2019 en el portal Popshugar Culture bajo el título Sashay Through the History of Drag Queen Culture
La llegada de RuPaul’s Drag Race
En 2009 todo cambió. Con el estreno de RuPaul’s Drag Race la cultura drag estaba lista para tener una plataforma nueva y mucho más expuesta. Las dragqueens no iban a ser más algo que se tenía que andar rastreando, los fans no iban a tener que andar de hurtadillas buscando shows drags en bares gays de sus ciudades. RuPaul’s Drag Race nos dio la posibilidad de ver a las dragas en la comodidad de nuestros hogares todas las semanas. Y no eran dragas cualquieras: eran de las mejores que Estados Unidos tenía para ofrecer.
A casi una década de su estreno, hemos visto ya a más de 100 dragas. Si VH1 puede mantener el impulso, podemos llegar a tener algún capítulo siempre al aire. ¿Se imaginan 52 semanas seguidas de Ru? ¡Crucemos los dedos!
Pero no sólo el show le ha dado a les fans una mejor oportunidad para ser testigues del drag, también hay una parte educativa en el programa que es imposible de negar. Aquelles quienes quieren hacer drag aprenden muchas facetas de su cultura. Cada una de estas 100 dragas únicas en su tipo están ayudando a asentar una amplia gama de estilos, estéticas y personajes en el drag.
Y estas lecciones no se limitan sólo a la comunidad drag. En la trama se cuelan temas que afectan a la comunidad lgtbq+ toda. En la temporada 1, Ongina reveló que tenía VIH. En la temporada 8, Kim Chi habló sobre cómo les ocultó su personaje drag a sus xadres. En la temporada 9, Sasha Velour y Valentina hablaron sobre cómo batallaron contra sus desordenes alimenticios, mientras que Peppermint salía del placar como transgénero. A lo largo de los años se hizo más claro que RuPaul’s Drag Race no es sólo un reality de competición. Es un loco y dramático microcosmos que muy seguido nos habla sobre la experiencia humana.
Historias de las dragqueens de hoy
Para tener una mejor perspectiva del drag en este comienzo del siglo XXI, hablé con tres dragqueens que ya están listas para competir en la All Stars 3 de RuPaul’s Drag Race: Thorgy Thor, BenDeLaCreme y Kennedy Davenport. Cada una de sus perspectivas es única y ayuda a esbozar lo que sería el arte de las dragas de hoy. Pero también me dieron una pista sobre otra cosa: el drag es un movimiento colectivo y se puede (de alguna manera) trazar su historia. A medida que el drag se desarrolló en el underground fue también desarrollándose esa feroz cultura dragqueen que vemos hoy en día, y no hay sólo una forma de drag que mostrar. Cada ciudad tiene su propia familia de dragas, su propia cultura drag y su propia historia drag.
Estas tres dragas me dieron sus propias visiones sobre las experiencias drag en Chicago, Dallas y Brooklyn (Nueva York). Pero el drag, me he dado cuenta, quizás sea un océano infinito que nunca vamos a poder cartografiar completamente.
Kennedy Davenport se inició en el drag hace ya más de 20 años, en el interior de Luisiana. En nuestra llamada de enero, recordó una anécdota de cuando tenía 16 años: “fue la primera vez que vi drag. Me metí en un boliche y vi una dragqueen”, dice. “Pienso que es la combinación de ver la primera transformista de mi vida, y del amor y la atención inmediata que tuve la primera vez que pisé un escenario, lo que me mantiene aquí hasta el día de hoy”. Para Kennedy, Texas es la Meca del Drag: “Cuando pienso en el drag, Dallas es el lugar que recuerdo”, dice. “En aquel entonces les chiques estaban realmente muy mal. Muches habían sido rechazades por sus propias familias, y realmente no tenían a dónde ir. Así que nuestra gente, nuestras dragas, les daban cobijo, un lugar para quedarse a vivir. Es de estas historias de donde viene lo de ‘familia’ y ‘madre drag’”.
Afortunadamente para Kennedy Davenport, el drag no fue un tema difícil con su familia. “Las puertas de mi casa paterna siempre estuvieron abiertas para mí. Pero yo nunca fui de ese tipo de persona que podía faltarle el respeto su padre”, dice. “Así que en el momento en el que sentí que tenía que hacer lo que quería hacer, me fui. Pero me fui a otro lugar seguro, en el que otres se aseguraron de que yo fuera a la escuela, de que me mantuviera encaminada”. Cuando le pregunté sobre su familia drag y su madre drag, ella me contó esta historia:
“Tuve una dragqueen que fue la primera que me montó. Generalmente esa es la draga que se convierte en tu mamá, y en aquel momento ella me adoptó, me enseñó a aplicarme la base y los polvos. Pero a los 17 años conocí a Kelexis Davenport y a partir de ese momento se convirtió en mi madre. Hoy en día tengo 37, y ella lo sigue siendo. Ese título va más allá del escenario y el drag, porque me ayudó mucho en mi vida personal. Ella conoce a mi familia [biológica], y mi familia la conoce. Cuando hablamos de una familia gay es a esto a lo que nos referimos.”
BenDeLaCreme, tal y como es, investigó un poco sobre el drag en la Universidad. Ella se hizo eco de la investigación de Jeffreys, pero señaló algo interesante: “Para muchas de las dragas de los clubes del underground (…) el drag se construyó a partir de estos lugares oscuros en donde la gente encontró un lugar para sentirse empoderada”, dijo durante nuestra entrevista por teléfono. “Creo que esto realmente caldeó un sentimiento de independencia, el hecho de ser tan autónomes. Pienso que si el drag se hubiese mezclado con una cultura mucho más popular, de la forma en la que es hoy, no hubiese sido lo que es actualmente”.
Si bien BenDeLaCreme creció en Connecticut, no devino en dragqueen sino hasta después.
“En Chicago había muchas dragqueens muy hermosas haciendo baladas -por las cuales tengo el más grande de los respetos- pero no era en lo que yo estaba interesada. Me interesaba más un tipo storytelling sobre el escenario.1 (…) Hice esto durante algún un tiempo, actuando en esos espacios, y me hice un poco conocida entre la gente. Algunas personas se entusiasmaron porque estaba haciendo algo diferente, pero otras sólo me miraban confundidas”.
Lo que encontré más interesante del trayecto de BenDeLaCreme es la intersección entre el drag y el burlesque. “De alguna manera hice una transición hacia el burlesque, y estuve trabajando en sus escenarios, hay un montón de hombres en ese ambiente también. Pero no estaba realmente en un ambiente drag. He trabajado mucho más en esos otros espacios y de hecho fue como hallar mi primer espacio queer, pero entre mujeres. Creo que eso realmente ha influenciado mi modo de ver las cosas.”
Cuando le pregunté más sobre esta experiencia en el burlesque, me reveló que se remontaba a Washington. “Fue toda una experiencia personal involucrarme en el burlesque, y después de 11 o 12 años me mudé a Seattle. Y en ese entonces allá había un verdadero renacimiento. Fui muy afortunade de poderme mudar en aquel momento, porque ahí había una fusión entre artistas de cabaret, de circo, de burlesque y el drag”. Y dijo además, “El burlesque trata sobre elevar la feminidad, sobre el performar la feminidad… y de esto se trata el drag. Y pienso es que es por eso que están tan relacionados”.
Y tenemos a Thorgy Thor, para quien su educación y entrada al drag refleja, quizás, las experiencias de muches de les nueves aspirantes a dragqueens de nuestro tiempo. Elle no tuvo una madre drag o una familia drag. De hecho, no comenzó haciendo drag, para nada. “Nunca pasé por una House o tuve una Madre drag. Nunca tuve ese tipo de crianza drag. Fui más bien un niño que se dormía y se despertaba con pesadillas y sueños y los transformaba en arte porque no tenía otra manera de aliviarlo (…) Soy gay. La cultura gay es divertida, el maquillaje es divertido. Esto se puso un poco más femenino con el paso del tiempo, pero fue allá en realidad donde todo comenzó.”
Kennedy Davenport me dijo que mucho de la historia drag es oral, que viene de otras dragas. Pero para Thorgy Thor, esta fue una búsqueda personal: “Al principio yo pensaba ‘¡Ay! ¡Drag! El drag es muy divertido. Eso es lo que soy. Soy como una dragqueen, creo’”, dice. “Yo soy una draga pre-Facebook, pre-Instagram, pre-YouTube. Así que cuando dije ‘¡Ay! Quiero pintarme la cara como una dragqueen’ -sea lo que sea que eso signifique- me fui a Google, busqué dragqueen y me salieron fotos de Miss Understood, Lady Bunny, RuPaul (…) ¡En esa época todavía no podíamos hacer zoom en las fotos! Así que era tratar de mirar y parecerse, ‘oh! ¿Así es como tiene que verse mi ojo drag? Bueno, vamos a probar.’”
Y así fue. Estas tres dragas vienen de lugares totalmente diferentes de Estados Unidos. El Drag tiene un alcance tan amplio que es casi imposible de precisar. Pero hay una cosa que ha sido exitosa para crear y unificar la percepción de lo drag. Es claro que las diferentes iteraciones de lo drag todavía existen: todo, desde el genderfuck, pasando por el goth y llegando al camp. Pero una cosa sirvió para agruparlo todo -para bien o para mal- y largarlo a todo mundo: RuPaul’s Drag Race.
El drag de hoy y más allá
“Estamos en la Era Ru del Drag, y estas más de 100 performers que han pasado por el programa y han competido en este reality show pueden estar bastante bien por sí mismas”, nos dijo Jeffreys. “La televisión y las demás plataformas son cosas poderosas, que un escenario de un bar gay local muy difícilmente podría ofrecer”. Es fácil darnos cuenta a qué se refiere. Sasha Velour, la ganadora de la temporada 9 de RuPaul’s Drag Race, tiene más de 800 mil seguidorxs en Instagram. Alaska Thunderfuck, la ganadora de Alls Stars 2, alcanzó ya les 1,2 millones. Cuando el drag era algo underground las dragas sólo podían aspirar a cultivar seguidorxs en sus ciudades, ya fuera en la ciudad de Nueva York, en Dallas o donde fuese. Hoy en día una dragqueen puede realmente convertirse en una celebridad mundial.
“Pienso que esto, sencillamente, le dio mucha más vida, una amplitud demográfica más amplia que cubrir”, me dijo Kennedy Davenport. “Creo que esto definitivamente cambió las reglas del juego. Ahora tenemos formas diferentes de hacer drag. La gente se reafirma a sí misma cuando se entrega al arte del transformismo, y son realmente honestes consigo mismes cuando representan lo que sea que quieren ser una vez que se montan”.
Thorgy Thor tiene un punto de vista muy similar: “Nosotras realmente hemos transitado por un camino muy largo. ¿Y qué podemos decir ahora? Tenemos mucho poder. Nos dimos cuenta de que tenemos mucho poder, y que este es un fenómeno que podemos aprovechar porque el drag ha devenido en mainstream”.
“Digo, definitivamente fue Drag Race”, dice BenDeLaCreme. “El renacimiento del drag de hoy se debe claramente a Drag Race, y eso es increíble”.
Ahora no hay más que mirar hacia adelante. RuPaul’s Drag Race ha agrupado toda la cultura drag para que el público mainstream lo pueda digerir. A la vez esto significa también que el drag ha llegado a gente nueva a la que, quizás, nunca habría llegado antes. Esto abre la ventana a nuevas definiciones e interpretaciones del drag. ¿Quién sabe qué nos depara el futuro? ¿Cuál es el siguiente paso de este renacimiento? “El renacimiento actual del drag, atado a las plataformas digitales, lo está llevando hacia nuevas direcciones”, dice Jeffreys. “Nuestra creciente aceptación de que el género no es binario, ni uno ni otro sino un gran y amplio espectro, está de hecho moviendo al drag más clásico hacia otras direcciones”.
¿Y para las dragas? BenDeLaCreme piensa que el péndulo puede también retroceder: “Pienso que el drag va a continuar siendo muy fuerte, pero también pienso que, de algún modo, el drag va a retroceder hacia algo que sólo les más apasionades performers y no-performers se sentirán habilitades a abrazar y explorar (…) aunque falten algunas décadas para eso”.
“Creo que el drag probablemente va a abrir más puertas para la libertad -dice Kennedy Davenport- y mucha gente va a aprender a tener un gran respeto por él como una forma de arte”.
“¿Hacia dónde va? -responde Thorgy- Quizás no sea la persona adecuada para esa pregunta, no soy una draga vidente. No tengo la más pálida idea. Pero sí puedo decirte lo que yo voy a seguir haciendo: trabajar más y más, darlo todo como artista y encontrar el ambiente adecuado para cultivar mi arte. Y espero poderlo transmitir de la misma forma a la gente. Eso es todo.”
Mientras que el drag mainstream continúe mostrando dragqueens de formas tradicionales, esta escena sigue siendo un bastión para experimentar y pujar cada vez más allá de los límites. No olvidemos que los dragkings existen y que están continuamente construyendo sus propios espacios en la cultura drag. Y el hecho de que los estilos de drag se encuentren en permanente expansión, ha permitido que se formen nuevos tipos de dragas, dejando lugar a todavía más drag experimental por venir. El drag, por definición, se va a volver más variado, más extendido y más prevaleciente. Más allá de todo esto, el drag underground continúa estando a la vanguardia de la cultura drag. Sólo con eso, más el éxito de Drag Race, no hay nada que indique que el drag no vaya a ser todavía más variado, todavía más extendido y todavía más prevaleciente.
(Traducción por Patricio Dezalot para La Cascotiada)